Una sociedad libre de LGTBIfobia sigue siendo más necesaria que nunca

Este 2020, conmemoramos el trigésimo aniversario de la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tuvo lugar un 17 de mayo de 1990. 30 años después, la reivindicación de una sociedad libre de LGTBIfobia sigue siendo más necesaria que nunca, y la lucha cobra cada día más fuerza.

Desde EQUO y la Red EQUO LGTBI+ reiteramos nuestro completo rechazo y condena a cualquier incidente o agresión por orientación sexual e identidad de género e insistimos en la necesidad de seguir trabajando por una sociedad libre de odio.


Estos últimos meses, a raíz de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19, nos hemos visto confinadas en nuestros hogares (las personas que hemos tenido el privilegio de tener un espacio al que llamar hogar). Otras personas, situadas en los márgenes sociales por no cumplir con la norma y los estereotipos de género, no han tenido tanta suerte y se han visto avocadas a una situación donde, sin un hogar y sin una actividad económica, han tenido que sobrevivir a base de fortalecer las redes sociales y emocionales que, en parte, mantenemos desde la comunidad LGTBI+.

También hemos visto como muchas personas trans*, lesbianas, gais, inter… se han visto obligadas a volver a lo que un día fue su hogar, pero que tuvieron que abandonar debido al rechazo de sus progenitores o tutores legales. Un tipo de LGTBIfobia, más oculta, más sutil, que ha obligado a volver a los armarios a muchas personas durante este confinamiento. Desde EQUO y la Red EQUO LGTBI+ también queremos denunciar este tipo de agresiones.

A pesar de que en los últimos años se han dado avances importantes en materia de lucha contra la LGTBIfobia, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar una sociedad de respeto. Para ello, es fundamental que se apruebe sin demora la Ley contra la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género y características sexuales, y de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales, comúnmente conocida como Ley de Igualdad LGTBI, así como la Ley Trans.

La impunidad debe acabar y por eso reclamamos que ninguna institución pública dé amparo a ninguna persona u organización que en el ámbito público o privado fomente el odio hacia las personas LGTBI. Es fundamental atacar la raíz del odio desde la educación y la erradicación de cualquier mensaje homófobo, lesbófobo, tránsfobo o bífobo, desde las calles, los bares, los espacios públicos hasta las iglesias, las empresas o la mismísima cámara del Congreso.

Reclamamos una despatologización completa de la transexualidad. El paso dado por la OMS en 2018 está bien encaminado pero es insuficiente. Las personas trans* no sufren ningún tipo de “incongruencia de género”. Es la sociedad cisheteronormativa la que es incapaz de aceptar la diversidad en toda su dimensión. El problema es social, no particular de las personas que no cumplen con la norma opresora.

Animamos a toda la ciudadanía a secundar, de la mejor forma posible y siempre respetando las medidas sanitarias recomendadas ante la pandemia, las iniciativas puestas en marcha desde todos los colectivos que luchan contra la LGTBIfobia. Porque nuestra sociedad no será libre hasta que no desaparezca el odio de nuestras calles, de nuestras empresas, de nuestros bares y de nuestros hogares.

Ninguna agresión sin respuesta.